Con sesenta y tres años, hallaron muerta a Angela Madsen, mujer que durante años fue un ejemplo de superación constante al mundo del deporte y, en especial, en el deporte paralímpico.
Madsen fue Veterana del Cuerpo de Marines y quedó parapléjica en el año 1993, durante una cirugía en su espalda por una lesión que se había producido en 1979 mientras jugaba al baloncesto durante su servicio en los Marines estadounidenses.
Cuando pasó por el quirófano en 1993 para tratar de poner fin a los dolores, algo salió mal. Una negligencia médica la robó la movilidad de sus piernas. Los cirujanos retiraron por error el disco equivocado de su espalda. Perdió su trabajo, entró el litigios con el Ejército, que no quería pagar sus cuentas médicas, y como consecuencia se arruinó y acabó perdiendo su casa, separándose de su marido y cayendo en depresión.
La remera, que logró marcar seis récords Guinness, encontró en el agua un escape perfecto para sobrellevar su vida y ahora se enfrentaba a una nueva hazaña: cruzar sola a remo el Océano Pacífico. La travesía marcaba su salida desde Los Ángeles, e indicaría el logro de la misma con su llegada a Honolulu.
Angela Madsen buscaba ser la primera mujer parapléjica y mayor de edad en lograr el recorrido por mar. Si bien partió sola desde Marina del Rey en el mes de abril y llevaba ya 60 días sin compañía, el viaje de Angela tenía como propósito producir un documental sobre el desafío. En efecto, continuamente se comunicaba con los cineastas y frecuentemente su esposa, Debra, vía satélite.
Todo marchaba ‘viento en popa’, como se expresarían utilizando el léxico apropiado, hasta que por unas horas no recibieron noticias de Angela. Su última actualización fue el pasado domingo 21 de junio a las 9 de la mañana cuando dijo que iba a entrar en el agua para arreglar un pequeño detalle de la embarcación.
Ante la preocupación de quienes se mantenían frecuentemente en contacto con ella, se inició una búsqueda y rescate. De manera inmediata se estableció un contacto con la Guardia Costera de EE.UU., que envió un avión a sobrevolar la zona, y el carguero alemán ‘Polinesia’ se desvió para tratar también de encontrar a Madsen. El avión vio el barco de la remera paralímpica, ‘RowofLife’, y su cuerpo en el agua, todavía atado a él. Fue recuperado del océano por ‘Polinesia’, que llegó al lugar el lunes por la noche, aunque la noticia ha trascendido recién a mitad de semana.
“Cuando revisé su bandeja de entrada principal del email, no había devuelto ningún mensaje“, indicó Debra, su esposa. “Por el rastreo, no parecía que estuviera remando el barco, sino que estaba a la deriva. Estaba muy lejos de tierra y la comunicación puede ser un desafío; tenía esperanzas pero aún así sentía una sensación de pesadez en el pecho“, reconoció en su perfil de Facebook.
Si todo salía como lo esperado, Angela Madsen llegaría al Hawaii Yacht Club, en Honolulu, cuatro meses después de su salida desde Los Ángeles. Angela remó 1.114 millas náuticas (el equivalente a unos 2.000 kilómetros) desde Los Ángeles. Desafortunadamente, se encontraba a unas 1.275 millas náuticas de su destino, Honolulu.
Ante el inicio de un nuevo desafío, Angela manifestó que no quería ser seguida por ningún barco de apoyo durante las 2.500 millas de su recorrido. En efecto, llevó toda su comida, usó un desalinizador para hacer agua dulce, y su plan era remar 12 de cada 24 horas durante 3 o 4 meses.
Angela conocía los riesgos mejor que cualquiera de nosotros y estaba dispuesta a correrlos porque estar en el mar la hacía más feliz que cualquier otra cosa. Nos dijo una y otra vez que si moría en el intento, así es como se quería ir.